El lapeado es una operación de mecanizado en la que se frotan dos superficies con un abrasivo de grano muy fino entre ambas, para mejorar el acabado y disminuir la rugosidad superficial.
Se emplea para acabar bloques patrón o conseguir uniones estancas entre dos superficies metálicas.
La herramienta de lapear permite sujetar las partículas abrasivas y está fabricada con un material más blando que la pieza a mecanizar. Para preparar metales endurecidos para un examen metalográfico este material es textil. Cuando el abrasivo es polvo de diamante se emplea cobre, pero el material más frecuente es hierro fundido de grano fino.
Rugosidad superficial
El lapeado elimina unas micras de material, normalmente menos de 0,025 mm y permite obtener superficies con una rugosidad superficial muy baja (Ra < 0,16 µm4), mejor que la de otras operaciones como el rectificado.
¿Qué ofrecemos?
Podemos lapear piezas con las siguientes medidas mínimas y máximas:
- Mínimo: ø12 x 160 mm
- Máximo: ø840 x 5500 mm.